La última entrada de la web videojuegos vascos me ha dejado de nuevo un sabor agridulce respecto a todo lo que rodea a la industria del videojuego. El mismo sabor que tuve hace poco más de dos años cuando otro producto muy querido por mi no tuvo la acogida que esperaba dentro de un mercado que cada día se mueve más al ritmo de Hollywood que al del cine de serie B.
Ya me lo dijo alguien que trabajó en los 90 en una gran cantidad de títulos de primera fila de estudios como Cryo Interactive o Delphine Software. Literalmente, me dijo que aquel tiempo en donde un chaval cualquiera podía hacer un videojuego, venderlo entre sus compañeros de colegio y sacar un rendimiento económico, incluso hacer que ese juego llegara a los circuitos comerciales, se acabó. Así es la vida. Decía que la industria moderna del videojuego ha matado la creación. En pocos años, veremos como los únicos títulos que triunfan serán titulo manufacturados, con mecánicas revisadas respecto a anteriores entregas y poco más.
Él es tan sólo uno de los pocos profesionales que ha abandonado el barco de la industria del videojuego. Otros han optado por saltar de la empresa pequeña, donde generalmente la inseguridad es mayor, y un sólo fiasco económico puede llevar a la ruina, a una empresa más grande donde al final les cubre el paraguas del señor dinero.
Otros han dejado su mesa en Japón para volar a Europa, abandonando por completo la industria del videojuego para así además poder tener más tiempo para su familia. Y es que señores, hacer un videojuego requiere de mucho sacrificio. Muchas horas, mucha prueba y error, muchas preocupaciones, fechas de entrega, parches de día uno porque no se llegó a tiempo a la entrega…
Sí, así es el videojuego moderno. Una industria donde al contrario que en otras, ahora te brindan la posibilidad de poner tu juego en la tienda digital de una gran plataforma sin salir de casa y por muy poco dinero. ¡Qué bicoca! Sería de tontos no subirse al carro. Todo lo contrario. Ganaréis más dinero vendiendo helados durante un verano.
Eso sí, la satisfacción de hacer un videojuego y que alguien te diga «eh, el juego que habéis hecho es genial. Me lo he pasado como un enano y no veas lo que me ha costado alguna parte.» es una satisfacción increíble por la que merece pasar hacer ese sacrificio.
Mucha suerte a la gente de Kaia Studios. Ahora no os rindáis. Dadle tiza a la versión de ps4 que en consola, de momento, parece que hay mejor visibilidad.
Antes se decía que una persona en su vida debía tener un crio, plantar un árbol y escribir un libro. Afortunadamente, creo que ya he escrito el mejor libro que pude escribir.